Una performance se trata de un tipo de espectáculo escénico en el que los personajes no existen, donde los actores no son más que ellos mismos. Además de esto, la performance goza de un toque sorpresivo, provocativo o incluso reivindicativo. Es por esto que muchos performers se consideran activistas, pues la performance es una herramienta extremadamente útil para hacerse escuchar entre el murmullo general.


 

El término performance, como término nació en pleno siglo XX, lo que quiere decir que es relativamente nuevo, y por lo tanto, es posible que quede frente a nosotros un enorme horizonte de posibilidades, en cuanto a sus aplicaciones se refiere, esperando ser descubierto.

Aunque todo esto pueda parecer algo bohemio, con cierto aire intelectualista, lo cierto es que es un concepto interesante, a tener en cuenta cuando hablamos de personalidades como Ahed Tamimi.

Los vídeos donde se ve a la activista con los once años, levantando el puño y gritando a unos soldados israelíes se hizo viral así como cinco años más tarde, sucedió con el vídeo difundido en el que Tamimi abofetea a otro soldado. Este último vídeo es digno de análisis, no solo por los hechos en sí sino también por el impacto de este. Como decíamos al comenzar el artículo, la performance tiene un punto de sorpresa, de provocación, e incluso reivindicativo.

 

Graffiti del artista Banksy en Cisjordania

 

Es innegable el contraste que se genera al plantear la imagen de una niña mostrándose agresiva ante un soldado, sea de la fuerza que sea. No es baladí mencionar el famoso graffiti de Banksy en Cisjordania en el que se ve a una niña con vestido rosa y trenzas con lazos registrando a un soldado contra la pared. Al lado derecho hay un arma, que en este caso, podríamos dudar incluso de quién es el dueño.

Si bien estamos acostumbrados a ver vídeos en las redes sociales, en los que se ven jóvenes, adolescentes o niños de tez morena y pelo oscuro enfrentándose a las fuerzas israelíes o siendo detenidos por ellas por motivos tan sospechosos como discutibles, en el caso de Tamimi hay algo concreto que dota al vídeo de ese toque sorpresivo. Obviando su corta edad, sus rasgos físicos llaman la atención. Tamimi es rubia y tiene ojos claros. Ahora es una cara angelical la que levanta la mano al soldado armado con metralleta. Una vez que el contraste en la imagen es ligeramente mayor, y por lo tanto resulta más novedoso (sorpresivo), está listo para alcanzar cada rincón de las redes sociales. Pero las imágenes se revalorizarán cuando Tamimi es arrestada por el propio ejército israelí, que viola así la Ley Internacional y pasa ocho meses en prisión con un juicio más que intencionadamente chapucero.

El punto acerca de lo provocativo de la acción es más que evidente, así que pasaremos directamente al reivindicativo remarcando que Ahed Tamimi se considera a sí misma una activista, como lo es su padre, el cual también ha sido arrestado en diversas ocasiones. Muchos han acusado a la adolescente de ser un títere de su familia, como en el caso de Nayirah y su falso testimonio en 1990 para justificar la intervención de Estados Unidos contra Irak en la guerra del Golfo. Lo cierto es que, como todo hijo de su padre, la influencia de su familia es innegable en la filosofía de la adolescente, lo cual no quiere decir que no goce de cierta autonomía y conocimiento de causa.

 

Los niños se han convertido en un recurso recurrente para la propaganda de guerra. Su inocencia rota por el sufrimiento produce un mayor impacto en la audiencia.

 

Si miramos atrás en la historia reciente encontramos casos similares como el de Bana Alabed, que tras haberse convertido en una twitstar de nueve años y haber conseguido asilo en Turquía, ha sido acusada de ser una imagen utilizada para alzar la voz de sus propios padres. Los videos, grabados en inglés, suenan a un guion demasiado bien escrito para una niña de esa edad, dicen algunos. Lo cierto es que sea como fuere, podríamos hablar de Alabed como una performance exitosa, puesto que provocó reacciones de todo tipo allí a donde la noticia llegaba y fue incluso recibida por el propio Erdoğan frente a la prensa internacional.

 

Si la cosa va de provocar reacciones variopintas, entonces Ahed Tamimi ha conseguido el objetivo con creces, gracias a que reúne una serie de características llamativas para el público general que la ha impulsado a ser el tema de conversación de muchos. Prueba de ello es la gira que realizó el pasado año por toda Europa concediendo entrevistas a bocajarro con evidente desgana y respondiendo una y otra vez a las mismas preguntas. Ni siquiera el Real Madrid se resistió a recibir a la adolescente y hacerle una camiseta personalizada. En el otro lado del espectro, Tamimi ha sido objeto de comentarios como el del Ministro de Educación israelí, Naftalí Bennet, que expresaba su deseo de que tanto la adolescente como su madre, que fueron arrestadas al mismo tiempo, pasaran el resto de sus vidas entre rejas. Por fortuna o por desgracia, Tamimi se ha visto envuelta en un entorno mediático que ha surgido, de manera más o menos consciente desde ella.