Tras los atentados de París, Bruselas, Niza, Munich, Berlin, Londres, Manchester… la atención mediática está casi exclusivamente enfocada en el Estado Islámico. Sin embargo, ISIS no es la única organización terrorista con capacidad de operar a lo largo del mundo, y aunque al-Qaeda se mueve en un perfil más bajo y menos espectacular, también busca lobos solitarios.


 

Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQIM) se ha convertido en una de las secciones más radicales de la organización terrorista. No en vano uno de sus líderes, Anwar al-Awlaki, es un pilar fundamental en la teoría del Estado Islámico. Recientemente han vuelto a difundir en inglés, árabe y castellano un video en el que buscan captar nuevos lobos solitarios.

El video es sencillo, sin grandes producciones, y en él aparece únicamente el clérigo Qassim ar-Reimy. Actualmente es uno de los miembros más importantes de AQIM, y es uno de los organizadores del atentado suicida en Yemen contra turistas en el que murieron 8 españoles.

En poco más de 5 minutos, ar-Reimy apela directamente a los lobos solitarios invitándoles a cometer atentados en base a una serie de argumentos que mezclan tanto demagogia como mentiras y medias verdades.

 

 

Las claves del discurso:

1- El lobo solitario no es un terrorista. Es parte de algo mayor; del ejército de Allah en la tierra de los infieles. De este modo el radical se siente parte de una cosmovisión. Surge en él un sentimiento de pertenencia a la manada. El clérigo insiste en que aunque el terrorista sea solo uno, lo hace en nombre de toda la comunidad.

2- No existen las fronteras. Está la tierra de los creyentes y la tierra de los infieles, y todo lo que pase  a los creyentes debe ser respondido en cualquier parte del mundo. Una de las frases clave que resume esta idea es la siguiente: «Te tienes que ver como parte de un ejército. Como parte de esta Ummah (comunidad islámica) y parte de un cuerpo, que si siente aflicción en una parte, la siente en todo su cuerpo». Esto muestra el terrorismo como una ideología global y ‘emancipadora’, de modo que el asesino justifica su acto en base a una opresión que aunque no sufra, existe en su cabeza.

3- El miedo como arma política

4- El terrorista es virtuoso, y solo le espera la mejor de las compensaciones. La exaltación a la muerte es una constante, porque los fanáticos en la muerte ven una puerta al paraíso. Que cometan una masacre, lejos de ser la acción heroica que pretenden presentar, tiene un gran componente de egoísmo, hedonismo y cobardía. Solo actúan porque piensan que de ese modo van a recibir una recompensa inmediata siendo los más privilegiados del paraíso, los más cercanos a Allah y los más respetados por la Ummah. 

5- Apelar constantemente a que los millones de musulmanes necesitan de las acciones terroristas. La retórica de la guerra de civilizaciones, aunque parezca algo ya superado, es lo único que mantiene vivos estos discursos. Una mínima parte se cree con la capacidad de representar a millones; a muchos de los cuales asesinarían también sin pestañear.

Uno de los momentos más macabros del video es cuando Qassim ar-Reimy presenta la muerte violenta como un acto de alegría: «La Ummah sufre tragedia tras tragedia, y tú puedes dibujarles una sonrisa». El otro, cuando habla de matar como si fuese la más normal del mundo: «no te cupmpliques (…) un Ak47, multitud de gente, y abre fuego indiscriminado».