A pocas semanas de las elecciones, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu ha asegurado que el Estado de Israel pertenece solo al pueblo judío, no a todos sus ciudadanos. Esta declaración discrimina a una gran parte de la población israelí compuesta por árabes, cristianos, drusos y cherquesos.
Netanyahu ha completado esta afirmación de connotaciones racistas amparándose en que «los demás pueblos, nacionalidades y minorías ya tienen representación nacional en otros Estados».
El actual Primer Ministro israelí está intentando calar en el sector más ultra del Likud cara a las elecciones del 9 de abril, en la que parte con desventaja debido a numerosos casos de corrupción y su cuestionada gestión del conflicto con Hamas en Gaza. El principal obstáculo de Netanyahu en las elecciones del 9 de abril será la coalición del candidato Benny Gantz con el partido Yesh Atid.
Benny Gantz es el ex-jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel que lideró las últimas grandes ofensivas sobre Gaza, y cuenta con el apoyo del anterior Ministro de Defensa de Netanyahu, Moshe Yaalon. Durante la operación que Gantz lideró en 2014, durante 50 días los bombardeos israelíes acabaron con la vida de 2.300 palestinos, la mayoría civiles según la ONU.
En julio de 2018 Israel aprobó una ley que consagraba el país como «Estado nación judío» y establecía el hebreo como la única lengua oficial.