La Corte Suprema de Israel aprobó el lunes la venta de varios edificios en Jerusalén Oriental, propiedad de la Iglesia Ortodoxa Griega, a la compañía Ateret Cohanim.
Anteriormente, el patriarca Irineos Skopelitis había alquilado en secreto tres edificios a compañías asociadas a Ateret Cohanim durante 99 años prorrogables y aunque ya en 2017 la Corte aprobó el trato con la organización, la iglesia presentó un recurso que ha sido finalmente rechazada este lunes.
Ateret Cohanim es una organización con sede en Nueva York fundada en el año 1978 que tiene como objetivo la judaización de los barrios árabes y que poco a poco ha ido aumentando su presencia tanto fuera como dentro de la ciudad antigua de Jerusalén.
Tras catorce años de disputa, la organización se ha hecho con dos hoteles junto a la puerta de Jaffa, en la ciudad antigua, y un edificio residencial en el barrio musulmán de la misma.
A pesar de que este escándalo le costara el puesto a Irineos I en 2005, la Iglesia Ortodoxa Griega, la institución que más tierras posee en Israel después de la Autoridad de Tierras, es constantemente acusada de proporcionar apoyos al gobierno sionista.
En el año 2006, el Patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, redactó una declaración contra el nuevo sionismo cristiano. «El sionismo cristiano es un movimiento político teológico moderno que adopta las posiciones ideológicas más extremas del sionismo en detrimento del establecimiento de una paz justa entre Palestina e Israel.»
«Rechazamos, además, la alianza contemporánea entre dirigentes cristianos sionistas y organizaciones cuyos elementos dentro de los gobiernos de Israel y Estados Unidos imponen actualmente sus proyectos de fronteras trazadas con fines preventivos y unilaterales y de dominación sobre Palestina.»
«Afirmamos que los palestinos son un solo pueblo, musulmán y cristiano a la vez. Rechazamos todo intento de subvertir y fragmentar su unidad. Llamamos a todas las personas del mundo a rechazar la estrecha visión del sionismo cristiano y de otras ideologías que privilegian a un pueblo en detrimento de los demás.»
El documento fue firmado también por el obispo anglicano Riah Abu El-Assal, de la Iglesia Episcopal de Jerusalén y Medio Oriente, el arzobispo Swerios Malki Mourad, del Patriarcado Sirio Ortodoxo de Jerusalén, y el obispo Munib Younan, de la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa.
Parece ser que existe este nuevo sionismo cristiano, y ejemplos como el del Patriarcha Irineos I y la venta de propiedades a organizaciones pro-coloniales lo ratifican. En cualquier caso también hay cierta fe en las instituciones religiosas. Las declaraciones de las iglesias católica, anglicana y evangélica y la destitución del patriarca corrupto de la Iglesia Ortodoxa Griega ofrecen la esperanza de combatir este nuevo movimiento de discordia no solo entre palestinos e israelíes sino dentro de las propias instituciones cristianas.