Cientos de combatientes del EI y sus familias se rindieron ayer en Baghouz, en la provincia de Deir ez-Zor, ante el asedio de las tropas sirias respaldadas por Estados Unidos.
El Estado Islámico ha perdido fuerza durante las últimas semanas en la ciudad, donde es previsible su pronta derrota. Sin embargo, lo que aparentemente es una célebre victoria de las Fuerzas Democráticas Sirias, puede verse a largo plazo como una mera estrategia de ISIS que, ante la evidente derrota, abre una brecha en el asedio de Baghouz permitiendo la salida de personas fanatizadas capaces de crear células en otros lugares. De esta manera, el EI pierde fuerza pero no se extingue, sino que busca la oportunidad de resurgir en localidades diferentes, como insurgencia terrorista, como si Baghouz fuera las cenizas de un peligroso ave fénix.
Por otro lado, los combatientes del Estado Islámico de Baghouz son poco más que civiles armados. A pesar de la propaganda difundida por toda clase de medios, donde se muestra a los miembros de ISIS como guerreros profesionales, las unidades de élite de estos son realmente escasas, siendo bastante común encontrar núcleos débiles como el de esta ciudad al este de Siria.